raymond cuenta como escribe.

es un poema de carver en el libro de poesías "un nuevo sendero a la cascada" -hermoso título si los hay. oriental-.
ahí está, enfrente de todo el mundo. el mísmisimo raymond contando cómo escribió toda su vida.
y yo contándoselo a un amigo.


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ian.
01:12
voy a compartirte algo que estoy leyendo, rápido

antón.
01:12
a ver
mañana tenés q venir a casa
a conocer al grillo

ian.
01:13
domingo por la noche.

utiliza las cosas que te rodean.
esta ligera lluvia
del otro lado de la ventana, por ejemplo.
este pitillo de entre los dedos
estos pies en el sofá
el débil sonido del rock-and-roll,
el ferrari rojo del interior de mi cabeza
la mujer que anda a trompicones borracha por la cocina...
coge todo eso
utilízalo.



antón.

01:16
es un momento sincero

ian.
01:16
es raymond carver mostrando cómo escribió

antón.
01:21
y vos que ves?

ian.
01:22
yo veo a ese tipo en esa situación, su mujer hiper borracha en la cocina, él super borracho también, con un vaso en la mano, costándole enfocar la vista en la lluvia que apenas se ilumina por un farol en la calle de un suburbio gringo. y él pensando en escribir.

Años Luz
01:22
no.
VOS que ves?

ian.
01:22
yo veo muchas cosas que guardo
muchas situaciones
o cosas que alguien me cuenta

Años Luz
01:23
y a vos te ves?

ian.
01:24
muchas veces veo una ventana o una luz en un edificio, y me imagino como será la persona que vive ahí, qué estará haciendo.
o qué estará pensando el tipo que tengo al lado mío en el tráfico a las 8 de la noche. adónde querrá llegar

antón.
01:24
y vos a donde queres llegar

ian.
01:25
me veo un poco.
me gustaría hacer un camino de ripio en un auto. escuchando algo de música en la radio. algo bueno.
llegar a mi casa, quizás tener que abrir una tranquera o un alambrado.
y ver que hay luz, que sale fuego por un tirante de lata.
-no fuego, humo-
afuera hace un poco de frío, así que cuando entrás en la casa, el calor es notable.
entrar y que haya algo cocinado, que huela bien. quizás un par de pibes.
saludar a todos y darme cuenta de que hace falta un poco más de leña
entonces salgo y voy al galpón, prendo una luz. agarro el hacha, y me pongo a cortarla. y mi aliento, con cada hachazo, produce vapor.










cesárea tinajero.

después de tres semanas y media y 609 páginas, terminé los detectives salvajes de roberto bolaño.
la comparación más simple -por latinoamericano y por sus personajes- es con rayuela, de cortázar.
error.
bolaño dista mucho de la prosa poética de cortázar, mucho más de las situaciones mágicas que lo rodean.
bolaño utiliza un lenguaje básico, con grandes dosis de argots, tanto mexicano como argentino, chileno o español. ya que al igual que su autor, el libro se pasea por distintas locaciones: méxico, nicaragua, estados unidos, francia, españa, austria, israel y áfrica, entre otras.
los detectives salvajes es un policial literario. dos chavos que se autodenominan real visceralistas caminan tras las huellas perdidas de cesárea tinajero, una poeta de los años veinte que solo dejó algunos escritos –más bien dibujos- y una revista llamada caborca. arturo belano y ulises lima, al igual que roberto bolaños y mario santiago papasquiaro, son los cabecillas de un grupo infrarrealista que se oponía directamente a la planicie que ofrecía, según ellos, la poesía de la literatura mexicana en los setenta. con octavio paz como figura principal.

pero lo importante es la estructura.
el libro se compone de tres partes.
I. mexicanos perdidos en méxico (1975)
II. los detectives salvajes (1976-1996)
III. los desiertos de sonora (1976)
la primer parte comprende el relato de un chavo que ingresa a los viscerealistas, el poeta garcía madero, y lo que pasa en sus cuatro meses dentro del grupo. l
a prosa es limpia, vírgen, pura. como garcía madero. y es de las partes más vívidas y atractivas del libro, sea porque es el mismo bolaño quien se personifica a través de garcía madero, o sea porque garcía madero es el personaje que mejor le sale a bolaños.
la segunda parte es el policial. una suma de relatos entrelazados de más de treinta personajes distintos que siguen las pistas de arturo belano y ulises lima a través de veinte años de historia. algunos personajes destacan por su originalidad y sensatez, pero otros –como por ejemplo el abogado español resentido con la poesía- hacen que el libro pierda fluidez e interés. por momentos los pasajes se hacen densos y
la cantidad de personajes hace imposible que todos estén perfectamente delineados, de manera que se pierde empatía con algunos.
pero el hilo, la pista tras los detectives, siempre es interesante.
luego de esos veinte años, llegamos a la tercer y última parte. donde se resuelve el dilema sobre cesárea tinajero, de nuevo a través de la prosa más interesante, el diario de garcía madero.

el libro deja una sensación de soledad y agobio al terminar. es como despedirse de una persona a la que sabemos que nunca volveremos a ver. la poesía, que está presente en todo el libro como forma de expresión libre, no aparece salvo a través de rimbaud u algún otro poeta. sin embargo, para alguien quien no lee poesía a menudo como yo, es una invitación a encontrarla. el mismo bolaño se consideraba –al igual que carver- más poeta que narrador.

leer a bolaño es entrar en una fiesta sin ser invitado y todo lo que sucede alrededor es interesante, pero sin saber por qué.
estas son algunas de las páginas que, vaya a uno saber porqué, señalé y volví a releer una vez terminado el libro.


abel romero, café el alsaciano, rue de vaugirad, cerca del jardín de cuxemburgo, parís, septiembre de 1989.
“¿es usted escritor?, me dijo. no, le dije, yo fui policía en la época del guatón hormazábal y ahora trabajo en una cooperativa limpiando suelos de oficinas y ventanas. debe ser un trabajo peligroso, me dijo. para los que padecen vértigo, le respondía, para los demás más bien es aburrido. después nos unimos a la conversación general. sobre el mal, sobre la malignidad, como ya le dije. el amigo belano hizo dos o tres observaciones pertinentes. yo no abrí la boca. se bebió mucho vino aquella noche y cuando nos fuimos, sin saber cómo, me encontré caminando a su lado algunas cuadras. entonces le dije lo que me había estado rondando en la cabeza.
belano, le dije, el meollo de la cuestión es saber si el mal (o el delito o el crimen o como usted quiera llamarle) es casual o causal. si es causal, podemos luchar contra él, es difícil de derrotar pero hay una posibilidad, más o menos como dos boxeadores del mismo peso. si es casual, por el contrario, estamos jodidos. que dios, si existe, nos pille confesados, y a eso se resume todo.
pg. 399

1 de enero
hoy me dí cuenta de que lo que escribí ayer en realidad lo escribí hoy; todo lo del treintaiuno de diciembre lo escribí el uno de enero, es decir hoy, y lo que escribí el treinta de diciembre lo escribí el trintaiuno, es decir ayer. lo que escribo hoy en realidad lo escribo mañana, que para mí será hoy y ayer. y también de alguna manera mañana: un día invisible. pero sin exagerar.
pg. 557


…pero esta segunda visita fue diferente. la pobreza y el abandono de la calle Rubén Darío se le derrumbaron encima como una amenaza de muerte. el cuarto donde vivía cesárea estaba limpio y ordenado, tal como cabía esperar del cuarto de una ex maestra, pero algo emanaba de él que le pesó en el corazón. el cuarto era la prueba feroz de la distancia casi insalvable que mediaba entre ella y su amiga. no era que el cuarto estuviera desordenado o que oliera mal (como preguntó belano) o que su pobreza hubiera traspasado los límites de la pobreza decente o que la suciedad de la calle Rubén Darío tuviera su correlato en cada uno de los rincones de la habitación de cesárea,
sino algo más sutil, como si la realidad, en el interior de aquel cuarto perdido, estuviera torcida, o peor aún, como si alguien, cesárea ¿quién si no?, hubiera ladeado la realidad imperceptiblemente, con el lento paso de los días. e incluso cabía una opción peor: que cesárea hubiera torcido la realidad conscientemente.
pg. 595


entrevista cursi –pero no poco interesante- a roberto bolaño. supuestamente la última antes de morir.
entrevista a bolaño. by realismo crudo.

tres miércoles.

era un miércoles de febrero, recuerdo
que había nevado y
las huellas del carro
habían quedado marcadas
en la nieve.

se hacía de noche, ya casi no había luz
se bajó,
sus botas se hundieron en los cristales blancos
abrió el baúl; sacó una bolsa de cartas,
y la enterró.

era un miércoles de octubre, por la noche
se tomó un taxi verde
porque llovía.
durante el viaje pensó en su madre
y recordó extrañarla
el taxista lo espió por el retrovisor
él escribió algo en la ventana
empañada.
el semáforo estaba en amarillo, igual cruzaron.

miércoles de noviembre, parecía que
había llovido; pero no
era la humedad que se estacionaba en el asfalto.

sentado en una terraza de un restaurante
comía solo.
alguien abrió una ventana y un pájaro salió de adentro aleteando
y se posó en el primer árbol que encontró.
las hojas vibraron.
un auto pasó a su lado con la música fuerte.

otro miércoles, quizás.

j.v. dummet

extraño.

(texto rescatado de un mail a andrés en el 2001, todavía residiendo en el bolsón. un poco críptico y personal, pero tiene una cadencia que todavía.)

ví "una noche con sabrina love" y me acordé de vos y de la ciudad y de lo falta que me hace ser anónimo y pasearme por gimnasios con gente bailando tango y sacar fotos y conocer gente nueva e interesante y pasear por las plazas y las palomas y
el polvo de ladrillo y las estatuas y las hamacas con ruido y los paraguas y el ruido de las frenadas y los gritos en la calle y los pies, los millones de pies que corren sobre la vereda y el subte y los edificios altos y las terrazas y la humedad y los shopings y los cines, si, los cines y el cariño de otros y la posibilidad de vivir y los boliches y la gente silbando y los techos y el obelisco y las gotas del aire acondicionado cayendo sobre mi cabeza y los vientos cálidos y el olor a asado de las parrillas y los toldos interminables y ser yo y no ser nadie y ser todos y uno es todos y todos somos uno y los chicos saliendo de la escuela y contar el cambio y los taxis y los museos y la cultura y los colores y los picados eternos y las canchas de fútbol y la autopista y mis abuelos y mis primos y mis tíos y sol y paz y volver con la frente marchita y las miradas perdidas y la mierda de perro en la calle y el colectivo y las paradas y los carteles en las paredes y las tapias y los jueguitos y los restaurantes y pilar y pablo y daniela y las casas bajas y las bicisendas y la gente besándose en la plaza y el olor a transpiración y las camisas azules y la policía y la noche y los semáforos y el río y el aeropuerto y los barcos y la boca y el arrabal y quien sabe que y mcdonalds y no ser el centro de nada ni nadie y aprender y el lunfardo y el capicúa y los boletos y los molinetes y hasta cuando hasta cuando y la radio y los estacionamientos y las baldosas y los pasacalles y los puentes y las fuentes y siempre siempre y nunca nunca y los videos y las ferreterías y las zapatillerías y buenos aires y baires también y los almacenes y las carnicerías y los personajes y los faroles y las chalupas y los canales de televisión y el sentirme querido y protegido y amado y soñadores en las esquinas y los bancos de las plazas y los cordones de las veredas y las sendas peatonales y mejor morir después marchar sin pensamiento y perfume de naranjo en flor y los carteles de publicidad y las mueblerías y las pizzerías y la música de los domingos y la de todos los días y la de un susurro de viento en las hojas y el chapotear de la pileta y el ladrido de la perri y la puerta que se golpea y el olor de la cocina de la abuela y ves que extraño, ves y la ciudad que nunca duerme y las seis de la mañana y los pies doloridos y las rejas en las ventanas y la madre con los hijos de la mano y cuando sí y cuando no y nadie y felicidad y auto y familia y perseverancia y escaleras mecánicas y diplomas y marangoni y la arena y las pistas de patinaje sobre hielo y el circo, siempre el circo invisible y la no oscuridad y el no cielo y el smoke y la pegajosidad y el progreso y los cajeros automáticos y las lavanderías y los quinchos y los trenes y las vías y pestañear y los hospitales y los quioscos de revistas, como olvidarlos y las farmacias y los caserones viejos y siempre que pueda será y la mediocridad y los ventiladores de techo y los de pie y la sábana calurosa y la cama desplegable y el diario y los cafés y los firuletes y a todos y cada uno y ser o no ser y miles de imágenes por milésima de segundo y el reloj digital verde y la universidad de abogacía y perfecto y estupendo y la independencia y... el helado y cruzar la calle sin mirar y la montaña y la nieve y mamá y papá y tonio y valen y la canchita de fútbol y la escuela hogar y la secundaria y la calle san martín y los boulevards y la iglesia evangelista y las calles de ripio y los árboles y las sombras y las más terrible y completa oscuridad y la villa turismo y el piltriquitron y acá y allá y mailén y yael y alejandro y germán y rocío y el rusito y el gimnasio municipal y el barrio y el río y la pasarela y el ruido de la botella sobre el asfalto y el mirador y el cielo y tamara y emiliano y la negra y mi pasado y violeta y cada uno de ustedes y el trineo y el galpón y güemes y mochila y varias cosas más y el salvajismo y el ser reconocido y las fotos y la playita y la playitados y el cajón del azul y el agua helada en mis pantorrillas y las piedras bochas y la feria regional y esta cosmopolita mierda y mi cama y no me quiero olvidar de nadie y valeria y cecilia y cecilia y malena y magdalena y alejandrina y el chino y la película en familia y la casa de techo rojo y la casa de dos pisos y la casa del treinta y seis y la de la planta baja y la de primer piso y el sol en mi cara y la nieve en mis pies y vaya a saber cuando o vaya a saber como y jauja y el promotor y mis compañeros y tamango y la avenida sarmiento y mallín ahogado y mi bicicleta aurora y el vientre de mi vieja y el asado en lo de bruno y bruno y los teros y las bandurrias y el pasto y las mosquetas y la canaleta y pepe, mi perro ciego y el ruido de las hojas en otoño y los ladridos de los perros y la basura rota y los aullidos y mis ojos se cierran y cuando de mi no haya nada y el frío a la mañana y mi vida y mis libros y mi música y mi habitación y mi rutina y quien sabe donde termina esto y las risas y las cenas y los almuerzos y la heladera y el baño y basta y el dolor y trece años y el jardín de infantes y los campeonatos de fútbol y mi camiseta número cinco y la plaza pagano y su laguito y el hospital de zona y el gym paddle y eduardo y mi soledad inoportuna y mi ingenuidad y bar 442 y el CEM 30 y ver quien es el que toca la puerta y los postigos y la palmera y los ladrillos y el barro en mis zapatillas y el tiempo que no pasa y el amanecer y las rejas de la escuela y el olor a pucho de mi vieja y los ceniceros y las velas y la biblioteca y que me quieran y los llantos y las caminatas y los travesaños y ser feliz y ver como yira y mi cielo estrellado y mi estrella y el snowboard y el refugio y mi locura y el obelisco y puta madre que los parió y el videoclub y los duendes y la magia y la chocolatada y el mate y vivir enfrascado y bariloche y la ruta 258 y el paralelo 42º y lago puelo y MI gente y el agua de la cascada y pato, el perro que se suicidó y la alfombra bordo y la cama de mi vieja y dormirme con ropa y leer y el aire puro y todo eso y el cartel de zona no nuclear y el busto de pagano y ¿viste vos? y el ruido del río y las inundaciones y el miedo y más, quiero más y estar insatisfecho y mi infancia y mi adolescencia y mi adultez y acá termino yo y todo y todo y todo y todo. y también me extraño a mí.

chinga tu madre.

como dije anteriormente, sigo leyendo a bolaño y sus detectives salvajes. es la primera vez que leo un libro con un escenario que conozco fuera de la argentina. es decir, es el primer libro que conozco el contexto personalmente y sucede en otro país que no sea el mío.
la mayor parte sucede en el df. y recorrer esta ciudad a través de las páginas febriles de los cientos de personajes de bolaño, me ha hecho encariñarme aún más con ella.
es una ciudad sin veredas, de cielos grises eternos, taxis verdes y presentismo.
en el df todo sucede de acá a dos semanas, máximo tres. no hay una proyección de futuro a varios años, menos a un par de meses. analizándolo con un amigo uruguayo después de comer en una fonda del centro, llegamos a la conclusión de que se debía a que la mayoría de las personas cobran por quincena.
el lenguaje que usan los personajes como arturo belano, ulises lima, maría font, piel divina o pancho rodríguez se me hace tan cotidiano, tan parecido al que ahora utilizo diariamente, que me sorprende.
en el libro hay una mención opositoria a la poesía de octavio paz, lo que me recordó un párrafo que encontré alguna vez en una revista recién llegado a méxico y me resolvió varias dudas:





chingar:
verbo de gran versatilidad, su significado cambia según el contexto utilizado. en "el laberinto de la soledad", octavio paz, chingón poeta, se pegó una chinga chingona intentando explicar la relación entre este chigonsísimo verbo y la identidad del mexicano. lo llamó "voz mágica" y dijo que tiene "tantos significados como sentimientos". sepa la chingada si le acertó a una chingada, pero de estas chingaderas el poeta sabía un chingo.

polaroids de selva.

a orillas del río la selva duerme. lentamente va siendo poblada. bajo el pasto seco los huesos de un perro muerto de un disparo por comerse una gallina. en un claro un algarrobo horizontal envuelto en enredaderas. frente a un fuego un hombre sueña sediento con un desierto en el que come sal. en el río un joven holandés ve desprenderse de su pantorrilla dos hilos de sangre. en un nido las víboras de cascabel se enrollan. no existe el tiempo. es invierno, siempre.

(rescatado de un texto en un cuaderno de hace unos 10 años).

gritos.





conversación por msn:

el tema es que en la ciudad no podés gritar
porque te escucha todo el mundo
y en un pueblo, también
lo chido es gritar donde no te escuche nadie.

cuarto 773.

coppola es sublime. no hay otra manera de decirlo. su perfección imperfecta roza en los mejores casos las obras maestras.

hoy recordé esta escena de la película la conversación, de 1974. creo que es algo en extremo simple y contiene un subtexto muy abarcativo.
contexto. son dos personas, un hombre y una mujer, que caminan en un parque para tener una conversación que no quieren que nadie pueda grabar. pero en algunos momentos -en la mayoría-, no hablan del tema que tienen que tratar para quienes los espían.
está escrita por coppola.

[about a bum on a park bench]
Ann: Every time I see one of those old guys, I always think the same thing.
Mark: What do you think?
Ann: I always think that he was once somebody's baby boy.


[acerca de un vagabundo tirado en una banca]
ann. cada vez que veo a uno esos viejos, siempre pienso lo mismo.
mark. que pensás?
ann. siempre pienso en que fue el hijo pequeño de alguien.


les dejo otra escena de la película. véanla. es la única cinta con total control por parte del señor francis.





lectura atrasada.

en el tiempo que no estuve publicando nada en el blog hice un par de cosas.
viajé a argentina a presentar río sur.
volví a méxico y viajé a mazunte mientras duró el brote de influenza, ahí grabamos una película independiente que produje y asistí. se llama
FINDE.
volví a la ciudad después del brote e hice varios comerciales. volé a monterrey a filmar uno.
me fuí al desierto de wirikuta a filmar otra película independiente que produje y asistí. ésta se llama
ÁNIMA. durante tres semanas de rodaje contínuo estuvimos esperando que saliera el sol. nunca antes había visto tanto tiempo el cielo. el último día, antes de regresar, comí hikuri y pude gritar.


leí, entre otros: el almuerzo desnudo, de burroughs, que tenía pendiente. no me encantó. lo encontré sucio; pero con un sentido literal que abarca un concepto de hilación de ideas que me fascinó.

leí también,
pecados sin cuento, de robert ford. una compilación de cuentos de este tipo que tienen una duración extensa, pero cuentan de manera más detallada y reflexiva lo mismo que los cuentos de carver. son cuentos con paisajes diversos, ford narra desde la estación grand central, el campo de connecticut o una estación de esquí de michigan pasando por el gran cañón y new orleans. se centra en las relaciones extramatrimoniales y detalles de anécdotas muy bien narrados. con una precisión feroz. sus personajes tienen una complejidad palpable, una verdadera tridimensionalidad. reflexionan con lucidez sobre lo que les sucede constantemente. son espontáneos pero a la vez pareciera como si estuviesen actuando, como si supiesen que pertenecen a un relato que tiene una estructura definida.
en uno de los cuentos titulado canadiense, encontré una de esas verdades que uno busca dentro de los libros, por lo que no realmente lee; unos pequeños párrafos de verdad y comunicación, un momento en el que el escritor dice a través de sus personajes lo que piensa en realidad acerca de algunos temas interesantes.

ford dice:

"
henry había llegado a la coclusión de que lo que eras realmente, y aquello en lo que creías, estaba representado por lo que conservabas o eras incapaz de cambiar. muy pocas personas alcanzaban a comprenderlo; casi todas las que formaban parte de su estrato social pensaban que todo era posible en cualquier momento, y seguían intentando convertirse en otra cosa. pero al cabo de un tiempo esas verdades personales acababan siendo máximas, y tanto daba lo que hicieras o dijeras para resistirte a ellas. y eso era todo. henry rothman había comprendido que era un hombre destinado primoldiamente a vivir solo, por más cantos de sirena que oyera en sentido contrario. y no se lo pasaba nada mal así."



tuve la suerte de haber empezado a leer a bukowsi desde el principio, y devoré en tres días las pocas páginas que tiene "cartero", su primera novela, donde charles pone a su alter ego chinaski a sufrir las burocracias del sistema espistolar gringo, las mismas que él sufrió hasta la edad de 49 años. donde dijo, -y así termina el libro- esto:

"por la mañana era de día y yo seguía vivo.
podría escribir una novela, pensé
y eso fue lo que hice..."

bukowski desprende vida en sus textos, y su humor es impecable. no es algo común encontrarse riendo solo en la cama por algo que uno lee.

quise leer a murakami, porque parece que está de moda (y siempre me interesa saber porqué algunos escritores se ponen de moda, qué es lo que hay que le atrae a tanta gente en un momento determinado) y aparte, dicen que es bueno. y además, porque es japonés y pocas veces leí algo de un escritor oriental, salvo los relatos de rashomon y el código del samurai.
empecé por "sauce ciego, mujer dormida". un título hermoso para un libro de 24 cuentos irregulares.
algunos rozan la perfección y otros son perfectamente olvidables.
pero lo mejor de todo, como pasa en algunas extrañas ocasiones, es el prólogo del autor:

"por decirlo de la forma más sencilla posible, para mí escribir noveles es un reto, escribir cuentos es un placer.
si escribir novelas es como plantar un bosque, entonces escribir cuentos se parece más a plantar un jardín. los dos procesos se complementan y crean un paisaje completo que atesoro. el follaje verde de los árboles proyecta una sombra agradable sobre la tierra, y el viento hace crujir las hojas, que a veces están teñidas de oro brillante. mientras tanto, en el jardín aparecen yemas en las flores y los pétalos de colores atraen a las abejas y a las mariposas, y ello nos recuerda la sutil transición de una estación a la siguiente."

la narrativa de murakami es bella en sí misma, tiene un poder propio que nace de los personajes que son seres extraños en un mundo rodeado por surf y jazz. lo que quiero decir es que la belleza de los cuentos recae en que las situaciones que narran son atractivos por la idea misma, y están enaltecidos por una poesía con cierta filosofía oriental que los distingue de una lectura convencional.
sin embargo, hay ciertos toques de realismo mágico que les dan a algunos cuentos una sensación extraña, irreal. como si las ideas estuviesen originadas en sueños. al contrario que en cortázar o márquez, que enmarcan en su totalidad sus relatos en este ambiente.
en murakami esta magia pertenece dentro de la realidad que encuadra la historia, y por eso da la sensación de que es algo forzado, y, más que mágico, extraño.
me quedé con ganas de leer kafka en la orilla, tokio blues y sputnik, mi amor. todos también con títulos hermosos.

también leí el séptimo libro de harry postre, que como siempre, me entretuvo.
conseguir que niños de 10 años lean 687 páginas no es joda.

y ahora estoy con bolaño y sus detectives salvajes a la mitad, que casualmente, tuvo mucho que ver con el último post del blog. y seguramente tendrá otro post.
todo da vueltas y se encuentra.

trataré de volver y darle más continuidad.