colaboración por lautaro giménez.

realismo crudo. pienso. las cosas que me vienen a la mente son como una decena de peces en un balde de agua, inasibles. pongo a sonar unas canciones de neil young.
pienso en el realismo visceral, en un invierno que pase entre la cordillera, sus bosques de lluvia, y capital. leyendo las seiscientas y pico de páginas de LOS DETECTIVES SALVAJES. bolaño susurrando sus eclécticas visiones a mis espaldas.
traia un paraguas de su abuela chilena que lucia frágil bajo el agua que llovia desde el aire y desde la tierra.
hacíamos dedo, dormíamos en cualquier lugar, adonde sea que la noche nos encontrara. vivíamos de un modo visceral, sospecho. sin embargo, luego de ese invierno,
de esas 600 y pico de páginas alimentadas por una sensación de amenaza, de violencia repentina e inminente, no puedo definir siquiera vagamente al realismo visceral.
evidentemente, no resulta necesaria una definición. como tampoco la precisa, bajo esta lógica, algo que desde este espacio invertebr
ado se autodefine realismo crudo. crudos debemos estar nosotros; realistas, espero que no. desconfio de la realidad y desconfio aun mas de la realidad que propone un sujeto como vos, francisco, dedicado a la fabricación por medios diversos de realidades paralelas, ficticias. o es otra cosa, acaso, el escenario sobre el que discurren los personajes de un cortometraje? de un relato? de un microrelato?
la realidad es un veneno altamente tóxico en grandes dosis.




los detectives salvajes tiene una cita, antes del incio de la novela:
- ¿quiere usted la salvación de méxico? ¿quiere que cristo sea nuestro rey?
- no
malcolm lowry

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